11.12.14

Es aplastante



Es aplastante saber que ya no quedan tierras vírgenes para alimentar los sueños de los aventureros, ni grandes seres vernianos por descubrir, capaces de tragarse hombres o doblegar submarinos. Sin ir más lejos, que ya no se encuentren, como en nuestras infancia, mariposas, hormigas o lombrices en los parques.
Es aplastante viajar y reconocer la misma experiencia en una guía, tener que hacer cola para subir a esa cima y recrear, junto a decenas, la vista o que la historia se haya convertido en un pretexto, un fondo, en el que fotografiarse a uno mismo. El viaje como una carrera, las experiencias como estampas y los países como metas.
Es aplastante comprender que todas las artes y todos los sentidos han sido investigados, sobrexplorados y colmados. Conceptual, abstracto, dadaismo, techno-trance, experimental, performance con sexo, con sangre, en silencio, a gritos, románticas, dramáticas, incomprensibles, que se alejan del público, no por hermético, sino por vacuo.
Es aplastante encontrarme tan conectado con la nada, día tras día, trasladando la plaza del pueblo, las reuniones de las vecinas, los mercados, las calles, los bares, los parques y las puertas de las discotecas a los muros de Facebook.
Es aplastante caminar entre bosques centenarios y comprobar que en vez de hongos brotan latas de refrescos y reconocer estremecido esa parábola en el espacio, ese gesto de desprecio hacia la vida, de quien lo arrojó.
Por todo ello nuestro animal llora, se lamenta y quiere dar media vuelta en la evolución y librarnos del verdadero pecado original, alienarnos de nuestro origen, de esta responsabilidad como especie. Freud describió el sentido del olfato como una baja en el desarrollo, ¿cuántas más estamos dispuestos a pagar a cambio de humo y aislamiento? Muere la dignidad en cada paso hacia lo civilizado. El control de la naturaleza, la transmisión de los pensamientos y la recreación de nuestros sentidos fueron los grandes hitos, logrados hace milenios, ¿acaso no son todos los inventos de hoy una mejora y extensión de los mismos? Ya nada sorprende.
Descartes rescató al hombre para el hombre, lo puso en el centro del pensamiento, lo alejó de Dios, y obró bien, pues esa teología de la decadencia estaba condenada. Pero hoy, para reencontrarnos con la esencia, es necesario posar la mirada fuera, desde arriba, global, y a su vez hacia dentro, ensimismarse, en busca de nuestra misión, de nuestros fines como dioses.


1 comentario:

Ego dijo...

Siempre he pensado que si la tierra es un organismo vivo el hombre es su cerebro, pero hasta en el cerebro mas primitivo este se encuentra subordinado al resto del cuerpo. Nos hemos convertido en ese tipo de mente ascetica y fanatica que considerandose por encima de la materia abandona su cuerpo a los gusanos."Mens sana in corpore sano" es por extension en mi analogia "homo sano in terra sana". En hombre es por naturaleza ajeno a la naturaleza, somos por nuestra naturaleza consciente el principio observador de la teoria de Heisemberg, lo unico que esta a salvo de nosotros es aquello que no hemos descubierto. Descartes, rescates a parte, era un idiota el veia al hombre como una mente flotando en el vacio y el racionalismo se agota a si mismo en el "cogito ergo sum". Para demostrar que todo lo demas existe Rene utilizo las matematicas por considerarlas ajenas al mundo, pero dime si repetimos su ejercicio y dudamos de todo, dudamos luego existimos correcto lo admito pero como desarrollar la matematica sin en conocimiento cierto de la pluralidad, yo existo cierto pero yo soy uno para que las matematicas existan necesitamos que existan mas numeros al menos dos con los que imaginar los demas. La fe en el cuerpo que existe mas alla de la mente en necesaria, debemos creer en que nuestros sentidos no nos enganan; debemos, volviendo a mi analogia, creer en el mundo que nos rodea. Incluso el empirismo esta contaminado del racionalismo impuro aun no hemos superado los paradigmas subconscientes de la edad moderna que agoniza. Ya hemos matado a dios, ahora debemos matar al hombre, al hombre-dios antropocentrista, a descartes y a la razon, debemos crear un nuevo pararadigma acentrico. Debemos intentar comprender el mundo que existe sin la mente, desde las limitaciones de la mente, sabiendo que esa extrana propiedad emergente de la materia que es la consciencia, no es el origen de todo sino una cualidad mas de ciertos elementos fisicos agregados en una forma concreta. Hasta que el subconsciente colectivo no acepte que la razon es solo un fenomeno fisico tan natural como los rayos o las erupciones solares, nada estara del todo a salvo de nosotros.