19.12.17

Nosotros nación

Como el esqueleto de una gaviota desciende la realidad retorcida, cuyas acrobacias y cabriolas hoy son un exhausto planeo hacia Nosotros: Una identidad, una nación, un millet a orillas del Mediterráneo. Nadie pudo conquistarlo, nadie pudo destruirlo nadie supo darle un nombre, excepto la realidad. Que ahora grazna sobre nuestras capuchas, incapaces de protegernos del óxido del mar, como una llamada a la oración del destierro que nos conmina a escapar de Nosotros. Vacié mi mochila para los próximos tres viajes y abandoné en el puerto nuestro pasaporte, nuestro himno nuestra religión. Hoy las gaviotas están de luto, el aire está contenido, nadie despidió la marcha, el barco se alejó mecido, la incertidumbre el timonel. Lo siento Nosotros, ya no hay esperanzas, me acomodaré a la suerte de verte desaparecer en el horizonte del olvido. Gracias Mar de Mármara por no preguntar por mi mácula, por mi visa o mi identidad, por acogerme en tu seno, como a cualquier refugiado más.