Nosotros nación
Como el esqueleto de una gaviota
desciende la realidad retorcida,
cuyas acrobacias y cabriolas
hoy son un exhausto planeo hacia
Nosotros:
Una identidad, una nación,
un millet a orillas del Mediterráneo.
Nadie pudo conquistarlo,
nadie pudo destruirlo
nadie supo darle un nombre,
excepto la realidad.
Que ahora grazna sobre nuestras capuchas,
incapaces de protegernos del óxido del mar,
como una llamada a la oración del destierro
que nos conmina a escapar de Nosotros.
Vacié mi mochila para los próximos tres
viajes y abandoné en el puerto
nuestro pasaporte,
nuestro himno
nuestra religión.
Hoy las gaviotas están de luto,
el aire está contenido,
nadie despidió la marcha,
el barco se alejó mecido,
la incertidumbre el timonel.
Lo siento Nosotros, ya no hay esperanzas,
me acomodaré a la suerte de verte desaparecer en el horizonte del olvido.
Gracias Mar de Mármara por no preguntar
por mi mácula, por mi visa o mi identidad, por acogerme en tu seno,
como a cualquier refugiado más.